El popular actor Mario Casas da el salto a la dirección con Mi soledad tiene alas, un proyecto ce cine quinqui que pone de manifiesto la figura del artista en un entorno conflictivo. Para llevar a cabo este proyecto ha contado con su hermano Óscar Casas y un reparto de actores no profesionales, donde destaca Candela González en el papel de coprotagonista.
La película se ambienta en un humilde barrio a las afueras de Barcelona y arranca de una forma intensa en la que sin necesidad de articular palabra conocemos a sus protagonistas con sus miedos y sus preocupaciones.
Por momentos puede recordar a títulos como Barrio, Las leyes de la frontera o A cambio de nada, pero es en la fuerza de la pareja protagonista donde logra alejarse de dichos títulos. Con ellos nos introducimos en ambientes desfavorables que les llevan a estar en continua lucha con la policía.
La droga, la delincuencia o la violencia son algunos de los temas que propone. Es algo que está presente en la sociedad y que se representa desde la perspectiva de un joven que no ha recibido cariño por parte de sus padres, sino todo lo contrario. Precisamente la relación que guarda con su progenitor es la que nos sumerge en sus constantes miedos que le impiden avanzar y tomar las riendas de su propia vida.
Mario Casas ha querido poner de manifiesto la olvidada figura del artista que muchas veces pasa a un segundo plano. Sin embargo, es precisamente en el arte del grafiti donde algunos jóvenes se conocen a ellos mismos y potencian esa creatividad que muchas veces se ve traicionada por el entorno y el pasado de su familia.
Su debut en la dirección
«Ser director era algo que llevaba mucho tiempo planteándome, realmente soñaba con ello, hasta que un día tuve claro que quería hacer ese viaje con actores desde el otro lado», ha reconocido Casas en la presentación que ha tenido lugar en los cines Kinepolis de Paterna. «Cuando diriges el proceso es mucho más largo porque empiezas desde cero, no se parece en nada al que sigues cuando eres actor. Por eso creo que esta es una experiencia que ha cambiado por completo mi forma de ver y entender esta profesión».
«Esta es una experiencia que ha cambiado por completo mi forma de ver y entender esta profesión».
Mario Casas
Mi soledad tiene alas se estrena en toda España el próximo 25 de agosto y supone un sueño hecho realidad que habla de otro sueño: el que Mario Casas tenía cuando se fue a Madrid para convertirse en actor. En la película, escrita junto a Deborah François durante el confinamiento, es su hermano Oscar quien da vida a esa proyección de sus años de juventud: «Durante los dos primeros años me sentí completamente solo. Pero siempre tuve muy claro lo que quería y luché por ello, fue como si de repente tuviera alas para volar».
