‘Despertar en Soria’: ¿por qué decidí escribir esta novela?

He llegado el momento de contarte por qué escribí 'Despertar en Soria', la novela que indaga en el rodaje de 'Doctor Zhivago'.

Tiene su miga. Y como te harás a la idea va muy ligada a mi pasión por el cine. Mi curiosidad por el séptimo arte llegó especialmente con mis primeros exámenes en la universidad. Era la manera que tenía de aprenderme mejor el temario. Buscaba títulos relacionados con las asignaturas.

Con el paso del tiempo fui explorando películas de las que todo el mundo hablaba. Recuerdo haber visto en la misma semana Se7en, Cadena perpetua y La milla verde. A partir de ahí comencé a viajar hacia títulos de décadas anteriores.

En mi familia era algo que les llamaba la atención. Por eso algunas de mis tías me dejaron su colección de DVDs de cine clásico. Muchos de ellos venían con un libro repleto de curiosidades.

Recuerdo que vi todas las películas, excepto una: Doctor Zhivago. La revolución bolchevique, la trama romántica y su larga duración me echaban para atrás. No me atrevía. Devolví todos los DVDs excepto ese. Le dije a mi tía que todavía no la había visto.

Rodaje de Doctor Zhivago

Por pura curiosidad comencé a leer el librito. Me impactó mucho que se hubiera rodado en España. Tened en cuenta la temática y el contexto histórico: rodaje de la Revolución Rusa en plena dictadura franquista.

Es más, hay una secuencia en la que los extras, españoles, cantan La internacional. Y en las pausas, A las barricadas. Hicieron saltar todas las alarmas en los técnicos extranjeros. Eso me descolocó.

Entonces, dije: «Esto da para un libro». Y como sabréis, me encanta la ficción. Por eso sabía que si escribía algo sería en formato novela. Así que me puse a crear lo que meses más tarde sería Despertar en Soria.

Vi la película, por primera vez, en una tarde lluviosa de verano junto a mi madre

Investigué en documentales, libros y medios de comunicación. Vi que rodaron escenas de pleno invierno a treinta y ocho grados y que utilizaron locomotoras de vapor, de modo que mi interés fue creciendo. Con el paso del tiempo decidí ver la película. Fue en una tarde lluviosa de verano, con mi madre.

Quedé impresionado con el ejercicio de narración. No sobra ni falta nada. Son tres horas y cuarto muy entretenidas. En el fondo, como dijeron en el último pase por La2, es un culebrón. Hay un lío amoroso que permite enganchar al espectador con facilidad. Quizás, por eso gustase tanto al público en su estreno.

Hotel y soledad

Cuando empecé a recopilar ideas estaba preparando una novela ambientada en un hotel. Era un reto que me apetecía muchísimo. Recuerdo que quedé con varios amigos que habían trabajado como recepcionistas. Entonces, les pregunté todas mis inquietudes. Uno de ellos incluso me dio la idea para la pareja protagonista.

Mi mente volvió a hacer clic. Y dije: «Ya lo tengo. Voy a crear un hotel ficticio que sirva para exponer anécdotas del rodaje de Doctor Zhivago». Me vino genial para enlazarlo con la trama de ficción que tenía en mente.

Como había escrito La canción de nuestro verano tenía fresco el abordar tramas románticas. En este caso quería que fuera algo distinto. Buscaba reflejar el sentimiento de soledad que sufren algunas personas al estar en pareja. Por eso adopté un tono más adulto y maduro que en mi primera novela publicada.

¿Por qué en Soria?

Fue la última ciudad que visité antes del confinamiento. Pasé allí la Nochevieja. Me encantó la decoración, la gente, el ambiente… Así que me decanté por ella. También porque es una forma de poner en valor el turismo nacional en un lugar clave del rodaje.

En esa primera visita solo estuve en la ciudad. Por las fechas en las que estábamos apenas pude entrar a ningún lugar emblemático. Así que año y medio después volví. En esa segunda ocasión fui con mi familia. Fue muy bonito.

La segunda vez que viajé a Soria acompañé a mi familia por las calles por donde caminan los personajes

Ya había escrito la novela y decidí llevarles por las calles por las que caminan los personajes. Me sentí guía turístico por unas horas, como le sucede a Olga. Y para completar el viaje, mis padres me enseñaron localidades de la provincia que son una preciosidad.

Lo mejor fue cuando fuimos a la estación de Soria-Cañuelo. Me imaginé a los personajes de mi novela y reaccioné igual que ellos. Fue algo mágico. También visualicé las escenas de la película que se rodaron allí. Ese momento fue el culmen al viaje y la motivación para atreverme a publicar Despertar en Soria.

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