«Uiso, acabo de terminar mi primer libro. ¿Cómo puedo publicarlo? Voy un poco perdido». Hace unos días me llegó este mensaje y me hizo darme cuenta de que debía escribir sobre ello. Entonces, le dije: «Tranqui, es normal. A mí también me pasó. Por eso voy a contarte las diferentes posibilidades que existen para publicar».

Lo primero que debes saber es que no existe la opción perfecta. Cada una tiene sus particularidades y tu elección dependerá de lo que busques. Por eso cuando un autor me pide ayuda siempre le digo: «¿Cuál es tu objetivo con el libro? ¿Crear tu marca como escritor? ¿Cumplir tu sueño de publicar? ¿Regalárselo a la familia?»

Es importante tener claro lo que buscamos. A partir de ahí elegiremos el camino a seguir.

Dos cosas en común a todos los modelos

El libro hay que registrarlo

Debes acudir al Registro de la Propiedad Intelectual de tu provincia a darlo de alta. En muchos sitios se puede hacer vía telemática.

¿Para qué sirve este registro? Para demostrar que eres la persona que ha escrito el libro. Así, en el caso de que alguien te plagie o te robe el borrador, podrás defender que es tuyo.

Necesitas un corrector

Si estás dudando de si de verdad es necesario, déjame decirte que la respuesta es un «sí» rotundo. ¿Por qué? Porque, como autores del libro, lo hemos leído tantas veces que será difícil que detectemos errores. A todos nos pasa.

Es probable que pienses que no tienes ninguna errata, pero créeme, la tienes. Incluso los best seller mundiales tienen alguna, y eso que hay un equipo corrigiéndolo. Por eso, de contar con un corrector a no hacerlo está la diferencia entre un libro profesional y uno amateur. Tú decides a qué grupo quieres pertenecer. Yo lo tengo claro, por eso tengo un corrector desde mi primera novela.

Dicho esto, vamos al lío que hay mucha tela que cortar.

Principalmente encontramos cinco modelos para publicar nuestro libro:

Editorial tradicional

Es el modelo más clásico. Envías tu manuscrito a una editorial y esperas un tiempo a obtener una respuesta. En la mayoría de casos se produce un silencio incómodo de varios meses o quizás nunca llegue ese feedback. Eso depende de la forma de trabajar de cada editorial.

En el caso de que les guste se pondrán en contacto contigo. Te harán una propuesta, con un contrato que firmar. Revisa muy bien lo que te ofrecen. Ten en cuenta que en este modelo, la editorial es la que asume el coste económico de la publicación. En caso contrario no será tradicional.

Una de las grandes ventajas es que la editorial se encarga de la distribución en librerías y de buscarte ferias del libro, así como firmas o presentaciones. De todas formas, tienes que promocionarlo también por tu cuenta. Toda ayuda será buena para que tu libro llegue a más gente.

El problema de este modelo son los plazos de espera. Primero para saber si aceptan o no tu manuscrito y luego para publicarlo. Suelen pasar varios meses o incluso años. Todo depende de la editorial, el presupuesto anual, su catálogo…

Autoedición

El autor es el que corre con todos los gastos y la editorial es la que se encarga de publicar y distribuir el libro. Y me dirás: ¿editorial? Sí, ahí está el problema en el que muchos autores pican. El término que se suele usar.

Esto tiene una explicación muy sencilla. Una empresa que te pide dinero por publicar tu libro no es una editorial. ES UNA IMPRENTA. Por eso necesitan un mínimo de ejemplares, para asegurarse de que les sale rentable.

Te hacen creer que están valorando tu manuscrito, que ha pasado filtros de portada, edición, maquetación, etc. Cuando la realidad se basa en que imprimen tu manuscrito a cambio de unos miles de euros. Y se supone que te ayudan a promocionarlo. «Se supone».

Solo lo recomiendo para libros infantiles que han sido descartados del método tradicional. Por una sencilla razón: los niños no buscan en internet los libros que quieren. Van a la librería con algún familiar y deciden. Y esa es la única opción de llegar a ellos, solo si la «editorial» lo distribuye bien.

Si tu libro es juvenil o adulto mejor descártalo.

Autopublicación

Es el modelo más rápido y económico. En menos de una hora puedes tener tu libro publicado. Ahora bien, si quieres que no parezca autopublicado será mejor que inviertas en profesionales freelance. Como mínimo en corrección y diseño de portada.

La gran ventaja que tiene es que se imprime bajo demanda. Eso genera muchísima tranquilidad. Además, eliges el PVP y decides cómo, cuándo y dónde publicarlo. La plataforma más conocida para ello es Amazon KDP. Es la que yo elegí con mis dos primeras novelas.

El gran problema es que estás solo. No hay nadie más. Por eso te animo a que contactes con bookstagrammers para que te ayuden a difundirlo. Mediante lecturas conjuntas, sorteos y alguna entrevista en medios o blogs el libro irá llegando a más gente.

Coedición

Es un modelo poco común. Podría contar con los dedos de la mano los escritores que he conocido que lo han utilizado. En él los gastos se reparten entre el autor y la editorial.

Podríamos decir que va a medio camino entre la edición tradicional y la autoedición. Puede venirte bien si tienes un ensayo o un libro infantil. Para novelas lo descartaría.

Autor-editor

Es un Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como. Tú haces todo: escribir, editar, maquetar, diseñar portada, buscar una imprenta, distribuirlo… Solo lo recomiendo para libros que no quieres que vayan más allá de tu familia.

Por ejemplo, si a tu abuelo le hace ilusión tener su autobiografía puede ser una oportunidad muy buena para que tenga ese ejemplar. Es decir, para libros cuyo fin no sea comercializarlos.     

Espero haberte ayudado a entender cómo funcionan los modelos de publicación. Si tienes alguna duda, te gustaría que te asesorase o que te corrigiera tu libro escríbeme a info@uisocrespo.com