Santiago López Jover: “Estamos lejos de que asocien la animación como medio para contar historias”

Todavía queda un largo recorrido para que el público perciba la animación como un medio para contar historias, según cuenta el director Santiago López Jover.

Hace más de veinte años empezó a estudiar animación en Valencia. Más adelante, el destino le llevó a Austria y le permitió trabajar en Cartoon Saloon. El estudio de animación irlandés le abrió las puertas hacia una trayectoria que ahora vive su momento más dulce.

Ese joven que terminó Bellas Artes en 2002 es Santiago López Jover. A base de trabajo y constancia ha logrado hacerse un hueco en la animación. Ahora es director de cine y tiene varios proyectos en marcha. Entre ellos, encontramos una serie en Apple TV y una película que se encuentra en desarrollo de guion.

Además, acaba de estrenar en España su ópera prima: Chico Mocoso. Es una alocada cinta de animación para adolescentes y adultos. Cuela de forma divertida la crítica social y defiende la libertad artística. Se trata de una coproducción entre Austria y Alemania que codirige junto a Marcus H. Rosenmüller.

Chico Mocoso: su ópera prima

La película se basa en la vida, arte y estética del caricaturista austríaco Manfred Deix. El dibujante, fallecido en 2016, era apreciado en todo el mundo. Sin ir más lejos, Billy Wilder era un gran admirador suyo.

«Cuando empecé a estudiar lo que Deix criticaba en sus obras me di cuenta de todo lo que había detrás», reconoce López a través de zoom. «Me resultó muy felliniano. Me recordaba a las comedias italianas de finales de los sesenta, donde había cierta apertura mental. Mezclaban lo rural con un humor mucho más hilarante».

«El trabajo de Manfred Deix me resultó muy felliniano»

Chico Mocoso está ambientada en un pueblo de Austria de los años sesenta. Allí vive el alter ego adolescente de Deix. Se entretiene realizando bocetos «subidos de tono» que vende a sus compañeros de clase adictos al onanismo. Un día aparecen una serie de vendedores gitanos y él queda prendado de Mariola. Todo ello sucede en un ambiente marcado por los nostálgicos del nacismo y xenófobos.  

El protagonista nos enseña que con su talento derrota a los convencionalismos. «Es un canto de protesta contra el uso de la violencia. Él lo hace mediante el dibujo. Da igual cuál sea el entorno lo que nos satisface es nuestra identidad». Son las señas que representaban al dibujante austríaco.

«En todo su trabajo daba mucha caña. Criticaba la hipocresía que podía haber en determinados estamentos sociales. Repartía a todo el mundo, incluso así mismo. Criticaba abiertamente a los partidos que apoyaban el nacismo. La película es un homenaje a todo lo que él hacía. El humor era la única forma de contarla».

El paso a la dirección

Cuando a Santiago le propusieron trabajar en el proyecto «fue un shock». Cuenta que estuvo a punto de rechazarlo. «Me parecía todo muy grotesco». Venía de trabajar en Cartoon Salon en proyectos orientados a un público infantil. Por eso fue un cambio radical.

Llegó casi de rebote, como director de animación. Era la primera vez que su compañero Rosenmüller dirigía una película de animación. Ante esa falta de experiencia decidieron que el valenciano la codirigiera. Era la forma de complementarse el uno al otro y sacarla adelante.

«Me ha ayudado a ver la dimensión que tiene una película y las dificultades que hay detrás». Era un proyecto pequeño que llevaba tiempo queriendo despegar. «Ha sido un reto porque el presupuesto era muy reducido. Tenía dudas de si podríamos terminarlo por falta de dinero. Por suerte, la hemos podido sacar adelante y si te fijas en los créditos verás que se repiten muchas veces la mayoría de nombres».

Serie en Apple TV y película en proceso

A lo largo de su trayectoria ha pasado por los diferentes departamentos de la animación. Contaba con la experiencia de haber dirigido varios cortometrajes y esta vez ha tenido la oportunidad de encabezar el proyecto.

«Ha sido muy enriquecedor. Me he sentido rodeado de un grupo de amigos con la ilusión de sacar adelante esta cinta. Además, me está permitiendo trabajar en nuevas películas como director».

Ahora mismo se encuentra supervisando la animación de una serie de Apple TV de cara al futuro. «Es muy chula y cañera, del estilo de Los Goonies».

También está preparando su segunda película como director con un tema muy potente: los mártires japoneses. Es un proyecto que sale de un estudio irlandés y que se encuentra en desarrollo de guion. También tiene alguna otra idea que todavía no puede mencionar.

La animación en España

Confiesa que la animación que más le gusta es la que va orientada al público adulto. «Eso es hacer cine. En España todavía queda un largo recorrido para que el público asocie que la animación es un medio para contar historias. No debemos asociarlo solo a contenido infantil o familiar».

Además, confía en el crecimiento de la animación española. «Ahora hay un mayor número de estudios. Con Klaus y Buñuel en el laberinto de las tortugas se ha logrado reconocimiento a nivel mundial. Eso habla muy bien del trabajo que se está realizando».

Desde Viena sigue la evolución de sus compañeros que trabajan en España. «Están en un momento muy bueno, aunque sigue sin haber un apoyo constante por parte de la instituciones. Para la animación hace falta mucho más dinero que en las convencionales. Por eso muchas veces se llevan a cabo coproducciones con otros países».

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